-Por: Zully Morales
Soy madre de gemelas y abuela y eso me hace entender perfectamente ese sentimiento de ansiedad cuando existen cambios en nuestras rutinas; en este caso, ese gran momento de dejar por primera vez a nuestros pequeños en el colegio.
Aunque conozco a muchas mamás que trabajan fuera de casa y dejan a sus hijos con la abuelita, las tías o la niñera que ha trabajado con nosotros por muchos años, ese sentimiento de emoción con una mezcla de temor está presente.
Hoy quiero dejarles algunas sugerencias de cómo manejar el apego y la ansiedad en ese momento de dejarlo en el colegio, especialmente en este momento que aún es incierto si retornamos a clases presenciales.
- Haz partícipe a tu hijo durante la elección del colegio. Aunque no está en sus manos la decisión, conocer el lugar reducirá el estrés en el niño.
- Conversen en familia y describan cómo será su vida en el colegio, coméntenle de lo mucho que aprenderá y los nuevos amigos que va a conocer.
- Por favor evite decirle que lo extrañará o pedirle perdón por dejarlo; ustedes hacen lo correcto y están tomando decisiones en beneficio de su crecimiento integral. Sustituya esas palabras por: Tu irás al colegio y yo a mi trabajo, pero pronto nos veremos de nuevo y nos contaremos nuestras aventuras. Recuerda que mami te ama.
- Si llora en el momento de la despedida, es normal y debe verlo así, dígale que entiende sus sentimientos y que es válido sentir temor; pero que usted eligió el colegio más lindo para él; que lo ama y sabe muy bien que Jesús lo cuidará en todo tiempo.
- Hagan del primer día un evento inolvidable, elijan juntos la ropa, el menú de la lonchera, los zapatos y tómense varias fotografías. Ningún niño se resiste a la emoción de los preparativos del gran día.
El apego es importante, es esa vinculación afectiva y duradera con nuestros hijos. Dejarlos en el colegio por primera vez dándoles espacio para crecer, aprender, convivir con otros y ser felices no disminuirá ese vínculo de amor especial entre padres e hijos. María Montessori nos expresa en esta frase, el sentimiento de los niños pequeños: “Ayúdame a hacerlo por mí mismo” y esa autonomía se hace efectiva cuando les permitimos crecer.
Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres. Lucas 2:52