Educando hijos independientes

Por: María Laura de Arróliga

Todos los que somos padres soñamos con darles todo lo que se merecen nuestros hijos y lo que creemos que es lo mejor para ellos, pero también es una realidad que muchas veces, al darles, les estamos quitando. Quitando posibilidades de crecimiento, de aprendizaje, de educación en valores y varias cosas más que ni nos damos cuenta, muchas veces. hasta que ya es tarde.

Existe un bien que no debemos dejar de darles a nuestros hijos, la opción de ser independientes. Niños educados en un ambiente de independencia, serán adultos que tomarán decisiones por su cuenta, y tendrán la posibilidad de defender sus creencias.

Pero… ¿Cómo educar hijos independientes?

Los padres son quienes deben aprender a saber cuándo intervenir, cuándo guiar desde lejos, cuándo contenerse y cuándo realmente ser parte activa. Empecemos aclarando lo que NO es educar hijos independientes:

    • No es no ayudarlos.
    • No es dejarlos hacer lo que quieran.
    • No es dejar de acariciarlos, abrazarlos y hacerlos sentir amados.
    • No es resolverles todo problema que se les presente.
    • No es celebrar absolutamente todo con gran entusiasmo o llegará el momento que no nos creerán.


Lo que SÍ es educar hijos independientes:

    • Dejar que exploren, siempre con un entorno de seguridad y límites claros.
    • Permitirles tomar decisiones desde pequeños, como qué ropa ponerse, guiarlos a entender que sus decisiones siempre tendrán una consecuencia que puede ser positiva o negativa.
    • Darles responsabilidades acordes a su edad, tareas en el hogar y pequeños trabajos.
    • Ayudarlos a entender que equivocarse es posible y que de cada equivocación se aprende.
    • Guiarlos en cómo tolerar la frustración, un NO a tiempo ahorrará años de preocupaciones y frustraciones. 
    • Fomentar actividades donde puedan desarrollar el autocontrol.
    • Acompañarlos en el desarrollo de las habilidades sociales, construyendo relaciones satisfactorias, permitiendo que participen en actividades de grupo y equipos.
    • Siempre hacerles sentir que se les tiene toda la confianza.
    • Disciplinar cuando sea necesario, pero siempre con amor y sentido, animándolos y reconociendo el esfuerzo que hacen.
    • Permitirles experimentar con riesgos controlados.
    • Ser ejemplos vivos de lo que les pedimos.

Podemos soñar con que nuestros hijos tengan todo lo que quieran, pero nuestra real obligación como padres es darles esta posibilidad de alcanzar la independencia. No será fácil cambiar nuestras estructuras. con las que fuimos criados y educados, pero nunca imposible. Si se puede, empezar desde que nuestros hijos son bien pequeños, pero si no, nunca es tarde para intentarlo.

“Haría cualquier cosa por mis hijos, pero quiero que sean fuertes e independientes,
así que no lo haré”

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